La crónica empieza el viernes día 4, partimos de Madrid a las 07:30 de la mañana, las perspectivas no son malas ya que amanece con un despejado día de sol, para el finde anuncian lluvias y eso nos preocupa, quien iba a pensar que el sol nos iba a machacar...
Nada más entrar en la comarca del Sobrarbe empezamos a admirar el paisaje, se nota que este inviernos ha sido generoso y la vegetación esta espectacular y en el pantano no cabe ni una gota. Al llegar al pueblo buscamos el albergue y nos sorprende ya que la pinta es bastante buena y está ubicado en la parte antigua del pueblo, las casas tienen un estilo medieval que hace que pasear por sus calles sea encantador. Comemos un poco de pasta en el albergue con unas vistas espectaculares al río y como buenos profesionales pasamos a disfrutar de una generosa siesta. Para evitar problemas de sueño por la noche aprovecho, más que para dormir, para descansar el cuerpo tumbado y relajarme con la PSP.
Al final de la tarde nos acercamos a por los dorsales, nos obsequian con una bolsa de corredor bastante original, aparte de información y demás, un libro de la comarca, la camiseta técnica de rigor, un chubasquero y una botella de vino de Somontano (pendiente todavía de catar). Preguntamos as un poco a los organizadores porque la verdad es que, al ser la primera ultra, estamos con mezcla de nervios, muchas ganas e incógnitas...
Antes de ir a dormir decidimos cargar el cuerpo de hidratos y nada mejor que probar una pizzería que nos habían recomendado (creo que se llamaba pizzería Lamin), la verdad es que tenia una catalogo de pizzas grandísimo, creo que cerca de 100, y para mi gusto bastante buenas. Una vez cargados de hidratos nos vamos a la cama a intentar conciliar el sueño. De la noche mejor no hablar, el jaleo que había por las calles no me permitió conciliar el sueño hasta bien entrada la noche...estuve a punto de asomar la cabeza a la ventana y blasfemar como un loco...
La mañana del sábado 5 comienza con un sol radiante a las 07:00, preparamos mochila, nos vestimos y nos vamos para el polideportivo ya que dan un pequeño desayuno, nosotros ya hemos cargado hidratos en el albergue con los cereales. Al llegar al polideportivo nos encontramos con un magnifico ambiente de running, la gente está tranquila y ya los organizadores empiezan a avisar de que se espera bastante calor a lo largo del día. Tomamos un café y nos montan en los autocares y partimos hacia el pueblo de salida (Abizanda). Una vez en la salida los organizadores hacen el típico briefing y van a ser unos titiriteros los encargados de darnos la salida. Una vez en marcha empezamos a un ritmo bastante tranquilo, no sabemos lo que nos espera pero si tenemos claro que tenemos que ser conservadores ya que quedan 42km y otra jornada de 60. El comienzo es por caminos más o menos en llano y con una temperatura magnífica. Rápidamente llegamos, para mi gusto, a la zona más espectacular, y es un pequeño sendero con precipicio a la izquierda con el cual vamos bordeando el pantano. Una vez llegados al pantano nos llevamos la sorpresa de encontrarnos a las chicas, la verdad es que es un verdadero placer y fuerza encontrarte en estas competiciones a gente conocida animándote, y aunque no sea conocida, cualquier muestra de ánimo te da un pequeño subidón.
La jornada avanza y el calor cada vez es más insoportable, una vez pasada la presa Juancar está bastante fuerte y tira para adelante. En este primer día no hay muchas subidas duras pero debido al calor cualquier pendiente se hace extrema. A partir de estos momentos es cuando empieza a pasear por mi mente el abandonar para el domingo. Cada vez que abandonas un avituallamiento empiezas a pensar en cuanto queda para el siguiente...en estos momentos es cuando empiezo a usar verdaderamente la mochila, aunque debido al calor el agua más parece caldo que otra cosa.
Según avanza el camino cada vez ves menos corredores, llegado un punto me encuentro a un corredor sentado a la sombra, me comenta que está bien pero creo que está bastante deshidratado, me quedo un rato con él y luego parto dándole ánimos, la suerte es que un poco más adelante se encuentra el avituallamiento y les comentamos que no vendría mal que se acercara alguien con un poco de agua. No sé que sería luego de él, espero que hubiera acabado.
Antes de llegar al último avituallamiento la carrera debe cruzar un río, no es muy profundo pero si algo ancho, unos 20 metros, en esos momentos me acuerdo de cuando comentaba con Juancar que íbamos a hacer en estos casos, el apostaba por descalzarse pero yo refería poner a prueba mis
Salomon con goretex, dada la profundidad poco iba a probar pero dado los kilómetros que llevábamos y el cansancio decido pasar de quitármelas y cruzar a pelo, al fin y al cabo no quedaba mucho para meta y podría aguantar con los pies mojados...esta misma reflexión en el segundo día me costo llegar con ampollas.
Por fin llegamos al último avituallamiento, la verdad es que los kilómetros cada vez se hacen más largos, normalmente corres (por decir algo) en bajadas y llanos, y en las subidas tiras como puedes. Nada más abandonarlo y después de beber y medio ducharte me confundo de camino, debe ser que iba cegado o no quería verlo pero hago unos metros de más y debo retroceder, y ahí me encuentro una bajada pronunciada que me mosquea...y efectivamente, a continuación una subida corta pero que a esas alturas te destroza. Una vez superado el último obstáculo y atisbando Ainsa te vas preparando para guardar algo de fuerzas y al menos entrar en meta con buen estilo running.
La llegada al pueblo se hace larga y aún queda una sorpresa, la meta está en la plaza en la parte antigua justo en lo alto del pueblo, pues eso, tramo empinado de escaleras, paso por delante del albergue (que ganas de quedarme) y tras 300 metros entro en meta por fin...Me bebo todo lo que encuentro y aprovecho para tomar bastante fruta, todo menos plátanos que ya estaba saturado. El primer pensamiento después de entrar es que al fía siguiente ya te pueden esperar lo que quieran que por allí no apareces, la verdad es que para mí es una proeza pero no eres consciente de ellos hasta pasados unos minutos u horas.
Pues nada, primera Marathon de montaña finalizada, y para recuperar algo de pasta y a la cama a recuperar. En estos momentos tanto Juancar como yo tenemos claro que al día siguiente nos damos mus...
Llegada la tarde-noche acudimos a la cena que la organización ofrece (que por cierto, un 10 a todos ellos), un poco de pasta, ensalada y longaniza, muy bueno todo. En esos momentos es cuando me empiezan a asaltar dudas sobre si de verdad abandonar, debe ser que el ambiente running te contagia, en esos momentos decido que según el cuerpo que tenga al levantarme así obraré...y a la cama nos vamos con esos pensamientos y con el despertador para las 04:30...
CONTINUARA...
1 comentario:
Enhorabuena!!! Me parece un logro increible, no se como pudiste buff q cansancio!!!
Me alegrooooooo, felicidades!!!
A ver la segunda parteeeee
Publicar un comentario